Justo antes de Navidad nos juntamos las amigas padeleras con nuestros respectivos maridos para jugar un round de padel y luego comer todos juntos (niños incluidos).
A pesar de mi (aún) pésimo nivel de padel, lo pasé fenomenal, tanto que repetimos después de Reyes...
Para ése día preparé a las chicas unas galletas personalizadas que nos representaban a las cinco, todas se reconocieron rápidamente!:
Adivináis cual soy yo?
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